martes, 3 de marzo de 2009

¡Hola mundo!

He estado pensando durante veinticinco minutos cómo comenzar este blog y aún no he podido dilucidar si sería correcto presentarme ante ustedes como un jugador de póquer o como un estudiante de ingeniería en informática como habrán notado en el título de la entrada-, aunque la verdad sería más exacto presentarme como un asistente a las clases de ingeniería informática, porque sí, yo sé que voy a las clases… Ahora que lo pienso no estoy del todo seguro. Bueno, ya van veintitrés  minutos y aún no sé si presentarme como un jugador de póquer o como un artista marcial… sí, practico Sipalki, pero en realidad soy sólo cinturón naranja y todavía no me defiendo bien cuando mi novia se enoja; de hecho, todos vamos a hacer de cuenta que yo no escribí esa oración de arriba porque no quiero volver a ir al hospitalL. Hablando de miedo, debo confesarles que me da miedo empezar un blog, no porque me de miedo escribir ni porque no tenga cosas para contar y hacerles pasar un rato ameno y al mismo tiempo interesante -o por lo menos eso voy a intentar- sino porque uno no puede escribir algo y que se quede ahí hasta que le cuelguen telas de araña, hay que actualizar  constantemente y no sé si realmente tendré el tiempo necesario para hacerlo. Pero ese no es mi mayor temor, ya que si me organizo bien y sobre todo si me gusta este proyecto, con voluntad puedo hacerme el tiempo para escribir todas las semanas, días, horas… ¿Se dan cuenta de que puede convertirse en una adicción? Quizás les pueda parecer exagerado y sinceramente a mi también pero ¿desde cuando los miedos son racionales? Mi mayor temor, en realidad no es solo uno, son dos: uno es el hecho de que realmente lean todo lo que escribo en el blog y es obvio que no les va a gustar y el otro es que no lo lean. Ya van 15 minutos y yo todavía sigo sin saber que escribir.

¿Ven como es la vida? Yo creo que en vez de describirme ante ustedes como un jugador semiprofesional de póquer, me voy a presentar como un tipo al que le gusta darle vueltas a las ideas, divagar sobre todo lo divagable, reformular cosas que ya he dicho, hablar sobre el mismo tema para asegurarme de que quede claro, volver a decir y a repetir hasta que el lector se canse… Bueno, si queda alguien ahí, seguro que ya entendió la idea. Ya se imaginará entonces mi único lector que a veces juego póquer pero que también le doy vueltas a las ideas y en ellas tengo otras mil cosas en las qué pensar y a las que también les doy vueltas.

Bueno, me ha costado 8 largos minutos, pero por lo menos ya tienen una leve idea de quién soy, por lo que solo resta que sepan que pueden encontrar si vuelven a visitarme.

Para ir al grano y seguir con el estilo conciso con el que he empezado el blog, vamos a decir que pueden encontrar un poco de todo: como se imaginan algo de poker se va a tratar, alguna que otra reflexión de esos días de inspiración que me vienen por lo general en días como el 29 de febrero y otras tantas cosas relacionadas con el día a día de quien les escribe.

De hecho al releer lo que escribo no suena muy interesante… y eso me remonta nuevamente a ciertos miedos…Pero ahora si se me ocurrió una brillante idea para que todos los que lean el blog vuelven a visitarme: ¡ponerle un nombre corto para que lo recuerden rápidamente! Bueno, lo más corto que se me ocurrió, ¿pero igual se van a acordar no? porque si no se acuerdan, no van a volver, y si no vuelven nadie va a leer el blog y entonces... entonces... por un lado es bueno porque podría decir que a todos los que siguen el blog les gusta y estaría bien según la lógica, pero lo malo es que yo sabría que me engaño a mi mismo y eso puede traer problemas. Es como cuando adelantamos 5 minutos el reloj para llegar temprano, ¿de que sirve si cada vez que lo vemos le sumamos esos 5 minutos porque sabemos nuestro truquito?. En fin, cuando me dí cuenta de que el truquito no iba a funcionar e incapaz de pensar un nombre más corto, me ví obligado a escribir un largo párrafo para que la gente recuerde mi blog.

Resumiendo cuentas, en este blog van a encontrar "Un poco de todo y pizca de poquer”

¡Bienvenidos!